Creencias que nos limitan

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Creencias limitantes

creencias-limitantesTendemos a relacionar la felicidad con que las cosas nos salgan siempre bien y que las circunstancias con las que nos vamos encontrando sean justas para nosotros. Pero a veces la vida nos pone en situaciones con las que no contábamos. Podemos pensar entonces que todo se desequilibra y que tras algunos sucesos ya nada volverá a ser como antes. Aparecerán entonces sentimientos como miedo, rabia, tristeza…. con los que tendremos que lidiar.

Esto suele ser lo más difícil, encontrarnos con emociones y no saber cómo manejarlas. ¿Qué hago si estoy asustado? ¿Y si me siento demasiado triste?, ¿Qué me pasa cuando estoy muy enfadado?…
 Muchas veces frente al malestar que sentimos la salida que se nos ocurre es querer quitárnoslo de encima rápidamente, no hablando sobre ello y reprimiendo las emociones. Nadie quiere pasarlo mal. Pero la huida no es la solución. Siempre aparecerán momentos difíciles en la vida de cada uno de nosotros, esto es inevitable. Algunas veces serán cosas que podíamos esperar pero otras serán circunstancias con las que no contábamos.
La manera en que pensemos sobre ello y como nos veamos a nosotros mismos frente a los obstáculos que van apareciendo determinará en gran parte nuestra manera de sentirnos y las habilidades que pongamos en práctica para su resolución. Hay que tener en cuenta que muchas veces las dificultades están en uno mismo, en su manera de pensar y en la forma de enfrentarse a la realidad que a cada uno le toca vivir. Esto se aprende desde niños, viendo la forma de ser de nuestros padres, escuchando sus comentarios, hemos visto el mundo a través de sus ojos durante muchos años y eso tendrá una gran influencia en nosotros.
 
Como influyen las creencias a la hora de enfrentarse a las dificultades
Una creencia es la convicción que se tiene sobre algo. Nuestra interpretación de la realidad estará influenciada por ellas. La cultura a la que pertenecemos y nuestros padres nos trasmiten creencias con las que crecemos
y percibimos lo que nos rodea  a través de ellas.
Podríamos decir que son las reglas bajo las cuales vivimos y los juicios que hacemos sobre nosotros
mismos y el mundo que nos rodea.  Por eso es posible que muchas veces nos encontremos actuando de la misma manera frente a sucesos parecidos aunque esa manera de actuar no nos traiga bienestar.
 
Las creencias que nos limitan
Hay creencias que nos limitan, por ejemplo: “Yo no valgo”, “No sirvo para estudiar”, “No voy a poder conseguirlo”,  “No soy lo suficientemente bueno”,  “Los hombres no deben llorar”, “mostrar las emociones es de personas débiles”, “Quien bien te quiere te hará llorar”, “Lo más importante para una mujer es encontrar pareja” y un largo etc. Las creencias de este tipo te harán pensar y sentir de una determinada manera, por eso es difícil cambiar nuestra manera de pensar.
 
¿Qué podemos hacer con este tipo de creencias?
     Tratar de identificarlas y pensar en ellas y así entenderemos mejor como  interpretamos lo que nos va sucediendo.

Echar la vista atrás y pensar en cómo se manejaban nuestros padres ante el mismo tipo de dificultades, seguramente tendremos una forma de actuar similar. Si nos damos cuenta de su origen será más fácil de modificar.

Cuestionar lo que pensamos y tratar de ver un mismo suceso desde otros puntos de vista, podemos hacernos preguntas sobre ellos: ¿Qué me lo impide?, ¿Qué pasaría si lo hiciera? , ¿Qué me detiene? Etc.

Para poder entender que me detiene tengo que permitirme escuchar las emociones que voy sintiendo, poder ponerlas en palabras y dedicarles un poco de tiempo.

Pasar a la acción, podemos empezar poniéndonos metas cortas ante nuestros objetivos, muchas veces atreverse a algo que nos ha dado miedo mucho tiempo es suficiente para demostrarnos a nosotros mismo que si somos capaces.

Los que son padres pueden enseñar a los niños a aprender de sus errores. Poder trasmitirles que equivocarse no es algo malo, que gracias a ellos muchas veces aprendemos cosas que de otra manera no sería posible.

Para el niño sus progenitores serán los espejos en los que mirarse por lo que será importante que los padres se paren a mirarse a sí mismos y puedan preguntarse como expresan sus emociones cuando están preocupados, asustados, enfadados… además de cómo actúan frente a las dificultades que les pueden ir surgiendo. De esta manera se irán dando cuenta de que tipo de creencias les trasmiten a sus hijos.
 
Un cambio de mirada
Las dificultades en nuestra vida pueden ser un avance, si echamos la vista atrás nos daremos cuenta que algunas situaciones difíciles nos han enseñado, nos han ayudado a evolucionar, crecer, incluso a salir fortalecidos, más seguros y con más herramientas para enfrentarnos a nuevas situaciones.
Berta Ponce